31 de enero de 2008

Ismael Serrano - Testamento vital


El objetivo de este blog era (y es) dedicarlo exclusivamente a la música, pero hay ocasiones en que si uno no dice ciertas cosas corre el riesgo de reventar.

Hace un par de días la Audiencia Nacional decretó el sobreseimiento del caso Severo Ochoa, basado en una denuncia anónima contra 15 médicos de urgencia de dicho hospital de Leganés.

Se les acusaba de practicar sedaciones irregulares, es decir, de aplicar a enfermos terminales dosis de sedantes por encima de la legislación con el fin de que sufran lo menos posible cuando padecen enfermedades terminales. Todo el que haya tenido un familiar enfermo terminal sabe que los sedantes en la fase final de algunas enfermedades, si bien pueden acortar la vida de los pacientes, les convierten ese último proceso en algo mínimamente digno. Y digo mínimamente, porque yo he visto morir desgraciadamente a algún familiar en esas circunstancias y ahí había cualquier cosa menos dignidad y humanidad.

Pues bien, afortunadamente el sobreseimiento del caso permite limpiar el nombre de estos médicos (a los que me encantaría tener cerca en mis últimos momentos, dicho sea de paso). Aunque para mí serían inocentes, aunque la justicia los hubiera encontrados culpables

Prefiero pasar por alto las declaraciones, ataques y ceses perpetrados en todo este asunto, antes siquiera de que hubiera un investigación seria en este asunto, por el gobierno regional de mi comunidad. Afortunadamente el tiempo y la justicia ha puesto a cada uno en su lugar.

Aunque mejor que yo, sin duda, lo ha comentado en su blog Rodolfo Serrano.

Y esto me lleva a la canción, posiblemente la que más me emociona de toda la discografía de Ismael Serrano hasta la fecha: Testamento vital. No consigo escucharla sin que se me pongan los pelos de punta y se me haga un nudo en la garganta. El sonido no es demasiado bueno, pero aun así merece la pena compartirla.

Cuando mi cuerpo tirite y tenga lista la maleta has de disponer que abran las ventanas y me dejen marchar, que la noche no duela.

Cuando todo oscurezca, él escucha, habla ella,
cuando la tarde naranja desenrede la madeja,
cuando mi cuerpo tirite y tenga lista la maleta
has de disponer
que abran las ventanas y me dejen marchar,
que la noche no duela.
Me despedirás y arderé en una estrella.
Y celebrarás este pequeño milagro.

Han pasado algunos años desde la última promesa,
ella se marchó y dejó olvidado un cuerpo dormido.
Soñaremos que una noche a ella le pinchó la rueca
y no despertó.
Y a él sólo le queda celebrar
esta última ofrenda,
la despedirá y arderá en una estrella
y celebrará este pequeño milagro,
su pequeño milagro.

Él ha abierto las ventanas, y ella se aleja sonriendo,
imagina mientras la tarde naranja va cayendo.
Elegimos el camino, también al fin del trayecto,
y ahora a celebrar,
a la luz de una estrella vespertina y azul,
la hazaña de estar vivos,
conocerte aquí, todo aquello que fuimos,
ya sabes, en fin,
nuestro pequeño milagro,
mi pequeño milagro.

2 comentarios:

Lunazul dijo...

Mira, ya coincidimos en unas cuantas cosas más (a parte de rescatar canciones del olvido): el gusto por la buena música de tiempos pasados, la que hace Ismael y la denuncia de hechos que no deben caer en saco roto.

Con esta canción lloré desde la primera vez que la escuché... y me pasa igual que a ti, no puedo escucharla sin sentir ese nudo en la garganta. Es de las más crudas y a la vez bellas que ha compuesto Ismael para mi gusto. Sin embargo, no la canta, no conseguimos que nos la regale en los conciertos, supongo que la emoción se lo impide. No sé, igual con el tiempo se atreve; por ahora sólo le he visto una vez emocionarse, y fue con "Fragilidad". Era normal estando en Madrid y tan reciente el 11-M.

En fin, voy a verle el 16 de febrero en Noblejas, Toledo. A ver si es posible escucharla entonces; y, si la canta, la grabaré para poder compartirla :)

Con respecto a los cuidados paliativos, estoy totalmente a favor de ellos, aunque me enseñaron que es una cuestión tan personal que va con la ética -e incluso la moral- de la persona responsable. Ojalá algún día pueda decidir el enfermo.. y ya que no decidimos cómo nacer, al menos que nos dejen decidir cómo morir. El sufrimiento inútil es inhumano.

Un saludo :)

Anónimo dijo...

Simplemnte llevas razón. Deben existir cuidados paliativos y gracias a diós que los jueces son a veces razonales.

A Ismael lo he visto ya cuatro veces en mi vida y me encanta. Sólo me falta el último disco pero ya lo he escuchado enterito por la red.

Un beso y saludos. A disfrutar.