Mi princesa no tiene corona,
no es una persona de sangre azulada,
no vive en absurdos relatos de hadas,
hace vida insana, de noche se vuelve tan republicana,
no tiene castillo y lleva los tangas en rojo, morao y amarillo.
Mi princesa no tiene lacayos,
no cambia unos callos por platos diseño,
dejó su Rolls Royce en la casa de empeños,
al lao de un diamante que por Malasaña daba un poco el cante
y tiene su reino en el hueco que hay entre sus piernas donde me despeino.
Cual Juana la Loca
por un cunilingus abdica en mi boca,
no tiene malicia,
mi princesa señores
jamás presentó las noticias, mi princesa...
Mi princesa no da en nochebuena discurso en la cena,
no sale en los sellos, tampoco en los euros
que dan los camellos, no entrega trofeos,
le pierde el perfume letal del deseo y no hay quien la ate,
no precisa a papá y a mamá para dar jaque mate.
Mi princesa tiene una hipoteca,
la flor de lis seca y un curro basura,
no tiene un Velázquez entre sus pinturas,
frecuenta garitos donde siempre hay más ranas que principitos,
le sobra nobleza, aunque nadie se incline a sus pies y le trate de alteza.
Cuando estamos solos le sudan el coño tanto protocolo,
no tiene avaricia, mi princesa señores jamás presentó las noticias
y le entra la gripe
de pensar que acabemos igual que Letizia y Felipe
